[Una información de Rubén Abad – Diario Palentino]
«La línea férrea de ancho métrico con mayor longitud de Europa Occidental tiene acento de Palencia, que aporta al recorrido unos 80 kilómetros de los 335 totales a una red de transporte más que centenaria. Un servicio que vertebra la Montaña Palentina y la conecta con Bilbao por el este y con León por el extremo oeste, atravesando también parte de la provincia de Burgos y la comunidad de Cantabria.
Han pasado 130 años desde que el primer Tren Hullero completara el recorrido inaugural un ya lejano 14 de septiembre de 1894 (la ceremonia de apertura tuvo lugar el 11 de agosto de ese mismo año), las minas de carbón ya no funcionan y los pueblos de la comarca han decrecido significativamente en número de habitantes; pero el Ferrocarril de La Robla sobrevive. Lo hace con una media de 410 pasajeros cada día hasta un total de 149.651 en 2023 en el servicio de Renfe Cercanías Ancho Métrico León-Guardo, que se mantiene en activo con 30 frecuencias/día en jornadas laborables y 44 paradas comerciales, según los datos aportados por la compañía a Diario Palentino. Sin embargo, esos 149.651 viajeros están a un mundo de distancia de los 1.450.984 usuarios en la línea completa en 1948, cuando alcanzó su récord histórico FEVE (la extinta Ferrocarriles de Vía Estrecha), como conocen los vecinos del territorio a los trenes que recorren esta infraestructura.
En este último municipio se da la circunstancia de que además de estación (la de mayor capacidad, con seis vías y dos andenes), dispone de apeadero ferroviario en el casco urbano, a la postre la parada más empleada de todo el tramo palentino. Como muestra, en el año 2021 (últimos datos disponibles) se subieron o bajaron en esta localidad 3.110 usuarios, de los cuales 2.188 se registraron en el apeadero y los 922 restantes en la estación.
Sirva este pueblo, el más poblado de todo el recorrido, para poner de relieve la importancia de esta línea en el desarrollo económico, social, demográfico y laboral de la comarca: pasó de apenas 436 vecinos en 1837 (antes de la apertura) a 2.427 en 1940. Es decir, en un siglo multiplicó por seis su población, y la volvió a cuadruplicar cincuenta años después hasta los 9.458 guardeses en 1991.
REGRESO DE LAS MERCANCÍAS
La necesidad de exportar el carbón que se extraía en las minas de las cuencas palentina y leonesa propició el nacimiento de la línea a finales del siglo XIX, y es a ese mismo espíritu al que alude el alcalde de Guardo, Juan Jesús Blanco, como aval para garantizar el futuro del tendido ferroviario y como «garantía» para el desarrollo económico industrial del municipio y su área de influencia.
En este sentido, el primer edil ve en un tren de mercancías de ancho métrico el espaldarazo definitivo a proyectos que están sobre la mesa como la planta de pellet, la central de biomasa o la fábrica de valorización de neumáticos. Es más, considera que un ramal en el polígono industrial de Campondón, como el que se habilitó en 1984 para la central térmica de Velilla del Río Carrión, podría resultar beneficioso para todas estas compañías.
En lo que a viajeros se refiere, Blanco considera fundamental «mejorar el tiempo de viaje y las frecuencias», de tal modo que el transporte en ferrocarril sea una alternativa «real» y no «anecdótica». En este punto, apuesta por incrementar las conexiones entre la localidad minera y León, incluso con trenes directos o semidirectos, para «rentabilizar» las importantes inversiones realizadas en el trazado en los últimos años. «Tenemos que seguir apostando por el tren, pero los viajes no pueden eternizarse a una velocidad media de 32 kilómetros por hora», sentencia el primer edil montañés.
EN TODA LA MONTAÑA
De extremo a extremo, la línea da servicio a nueve localidades de siete municipios del tercio norte de la provincia. Así, entrando por Cantabria, el viajero puede bajar o subir en Cillamayor (Barruelo de Santullán), Salinas de Pisuerga, Vado (Dehesa de Montejo, que comparte infraestructura con Cervera de Pisuerga), Castrejón de la Peña, Villaverde-Tarilonte (ambas pedanías santibañesas comparten dotación), Santibáñez de la Peña y el ya mencionado Guardo. Tomando como referencia los municipios que atraviesa, entre todos contabilizan 10.839 habitantes, potenciales usuarios de la red ferroviaria, a sumar otros pueblos del entorno que no disponen de parada como Velilla del Río Carrión o Aguilar de Campoo.
Más allá de los datos históricos, el Hullero es hoy por hoy en Palencia un servicio de transporte eminentemente rural que ayudó a conectar la comarca con el exterior. Y es que, como recuerda el alcalde de Santibáñez, Manuel Maza, «hubo antes tren que carreteras». Sin embargo, teme por su futuro por los «altos costes» de su mantenimiento y el «escaso número de viajeros» que la utilizan con asiduidad entre Guardo y Cillamayor, por lo que considera que serían necesarios «más viajes» en el tramo palentino.
Como punto positivo, destaca la posibilidad de viajar hacia Bilbao o León diariamente, al contrario de lo que ocurre con el autobús, que si bien hace más paradas en la provincia (a las que se realizan en la vía estrecha se suman Muñeca, Villanueva de Arriba, Aviñante, Cubillo, Cantoral, Ligüérzana, Rueda, Salinas, Matamorisca y Aguilar), ya solo ofrece un trayecto por sentido a la semana, cuando antes era diario. Además, destaca los jóvenes que lo utilizan para sus desplazamientos con la cabecera de la comarca, principalmente cuando abre la piscina de verano santibañesa, fecha en la que se contabilizan «entre 15 y 20 usuarios diarios».
Para su homólogo cerverano, Jorge Ibáñez, es prioritario «respetar los horarios, mantener las frecuencias y evitar molestias a los pasajeros de un servicio que lleva entre nosotros más de cien años». El primer edil considera al tren «muy útil y necesario» para las personas del territorio en sus desplazamientos, especialmente aquellos de mayor edad, de tal manera que invita a la administración a «mantener y cuidar» un servicio que considera «importante» para la zona.
Por su parte, el primer edil barruelano, Cristian Delgado, hace especial hincapié en el «hito histórico» que supuso la llegada del ferrocarril. Una infraestructura que, según apunta, contribuyó a esa «mentalidad abierta, diversa y plural» que caracteriza a la Montaña Palentina gracias a las gentes que venían y marchaban en esta dotación que abrió las puertas al mundo a los montañeses y trajo trabajo y prosperidad a la comarca.»