[Una información de Rubén Abad – Diario Palentino]
«Qué tienen en común la Casa de la Música de Palencia, una placa conmemorativa a escasos metros del paseo de la Castellana en Madrid, una calle en Venta de Baños y otra en Villamuriel de Cerrato? La respuesta no es otra que Claudio Prieto, uno de los más grandes compositores contemporáneos españoles. Un maestro de la música que goza de todo tipo de reconocimientos a lo largo y ancho de la geografía nacional, pero del que no hay rastro alguno ni su localidad natal, Muñeca de la Peña, ni en el municipio al que esta pertenece, Guardo. Tampoco en la vecina localidad de Santibáñez de la Peña, Ayuntamiento del que dependía esta pequeña pedanía guardense cuando el músico vino al mundo.
En plena semana de Santa Cecilia (patrona de los músicos), a cinco meses de cumplirse el décimo aniversario del fallecimiento del que fuera Premio Internacional Reina Sofía y a tres días de que Prieto hubiera celebrado su 90 cumpleaños (24 de noviembre de 1934), en Guardo no hay ni una sola calle, plaza o avenida que recuerde a uno de sus vecinos más ilustres. Ni tan siquiera una pequeña travesía en el lugar donde dio sus primeros pasos como músico.
Más sangrante aún es que no solo carece de reconocimiento alguno, sino que el poco que tenía en la localidad minera lo perdió. Se trata del instituto Guardo, que se dejó por el camino la denominación de Claudio Prieto cuando en el curso académico 2013/2014 se fusionó con el IES Señorío de Guardo. Y es que, desde entonces, se ha declinado darle un nombre más allá que el del pueblo a este centro educativo en el que se imparten Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional.
En este tiempo solo hubo un intento fallido por parte de la Agrupación Musical de Guardo (AMGu), que optó por denominar Centro Cultural Claudio Prieto a las nuevas instalaciones de su Escuela de Música en la calle El Carmen (se mudaron en el curso 2015/2016). De hecho, las letras corpóreas de gran formato se encargaron y se llegó a comenzar la instalación en la fachada principal del inmueble (aún quedan restos), si bien la directiva tuvo que dar marcha atrás pues el Ayuntamiento tenía en mente designar con el nombre de Claudio Prieto a otras instalaciones municipales. Finalmente, ni centro artístico ni dotación alguna en la villa cuna del autor, entre otras piezas, del Himno a Guardo.
Tampoco existe distintivo alguno en su casa natal, ni una sencilla placa en su fachada, pese a que el mundo de la cultura le sigue teniendo muy presente. A modo de ejemplo, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) celebró hace unos días un concierto en su memoria englobado en el XXVI Festival Internacional de Música Contemporánea de Madrid. De hecho fue esta misma entidad la que promovió la instalación en 2015 de una placa en su memoria en la madrileña calle de García de Paredes, en el que fue su hogar durante décadas.
HOMENAJES EN VIDA
Fue AMGu la encargada de mantener en sus últimos años de vida el vínculo entre el municipio guardense y el compositor. Como ejemplo, en 2009 Prieto asistió a los actos conmemorativos del 15 aniversario de la Banda de Música de AMGu. Aquel acto se completó además con una exposición y el cuento titulado Érase una vez… Claudio Prieto, en alusión a la conocida colección Érase una vez… la música.
En 2012 la entidad cultural le propone realizar una versión corta del Himno, la cual se estrena con su presencia en el marco de las fiestas de San Antonio de ese año junto a la Banda de Música de AMGu y la Coral Vaccea. Finalmente, en 2017, ya fallecido, le rindió un homenaje en el marco del 90 aniversario de la Banda Municipal, en la que el artista tuvo el primer contacto con la que a la postre sería su profesión.»